miércoles, 20 de mayo de 2009

El corral de comedias.

El corral de comedias era un edificio reservado para el teatro que apareció en España a finales del siglo XVI, lo que hizo que este espectáculo se masificara y evolucionara hacia la época de mayor esplendor de nuestro teatro: El teatro español del Siglo de Oro.





Antes de la aparición de los corrales, las obras de teatro se representaban en las iglesías y en las plazas de los pueblos, pero claro, estas representaciones apenas obtenían beneficios. Fueron las compañías de teatro italianas las que crearon una moda en España; representar en el patio de las casas de vecinos típicas de la arquitectura española de esta época.


Así, de esta forma, teniendo solo una entrada al edificio, el beneficio se obtenía mediante el cobro de la entrada, cosa que no se podía hacer estando el teatro en las plazas de los pueblos. Por tanto, al haber beneficios aparecieron más compañías especializadas y mayor competencia, y, además, la Iglesia perdió protagonismo y se dejaron de un lado las representaciones de temática religiosa, a favor de nuevas temáticas y géneros, por ejemplo, las comedias de capa y espada o los dramas de honor.







Fue Lope de Vega el que inició una reforma del teatro nacional, su intención fue hacer obras más entretenidas, que llegasen a todos los públicos, ya que en las corralas se juntaban todos los estamentos de la sociedad española de la época, y, como no, lo consiguió, adquiriendo su teatro gran fama.

Poco a poco se dejaron de lado las casas de vecinos y se construyeron corralas específicas para las representaciones teatrales, pero se conservó la misma estructura. Utilizaban el espacio cerrado, rectangular y descubierto del patio central de una manzana de casas de dos alturas.

Las partes de una corrala eran:



El escenario estaba instalado en un extremo del patio, contra la pared de la casa del fondo y además se hizo hueco para que actuara de caja de resonancia.

Frente al escenario había el patio descubierto (hoy en día patio de butacas), donde los hombres del pueblo, también llamados mosqueteros, asistían de pie al espectáculo. A sus lados había una serie de gradas, donde los hombres podían ver la representación sentados en bancos alquilados.




Los balcones y las ventanas de las casas contiguas, en el primer piso, formaban los aposentos reservados para las personas nobles, fueran hombres o mujeres.





Las mujeres de clase más baja debían sentarse en la cazuela, un palco frente al escenario.



Encima de la cazuela de los corrales madrileños estaban los palcos de los concejalesdel Ayuntamiento de Madrid y otras autoridades, como el Presidente del Consejo de Castilla.


En el piso más alto estaban los desvanes, aposentos muy pequeños, entre los que se encontraba la tertulia de los religiosos y una segunda cazuela.




En el escenarios, a los lados había en ocasiones aposentos con celosías reservados todo el año para los reyes y grandes de Epaña




El escenario y las gradas laterales estaban protegidas por un tejadillo voladizo. Un toldo de tela permitía techar el corral para resguardar del sol el público del patio.


Durante este período, el teatro cobró una importancia extraordinaria en España, con autores tan importantes como Lope de Vega, Tirso de Molina y Pedro Calderón de la Barca. También aparecieron nuevos modos de representación escénica con obras llenas de "efectos especiales" que mantenían en vilo al espectador. Todas las obras teatrales profanas eran llamadas "comedias", aunque también se mantenían la tragedia y el drama.







En España se conservan varios corrales de comedias, el mejor conservado y más famoso, es el corral de comedias de Almagro, al que fuimos de excursión a ver La discreta enamorada (leer aquí:http://www.trinity.edu/org/comedia/lope/discen.html) de Lope de Vega. También, recientemente se restauró el corral de Alcalá de Henares, hoy en día tenemos varias corralas en restauración.


Pero lo que yo creo que es más importante de esta etapa del teatro es que era considerado una fiesta para todos los que asistían, fueran ricos o pobres, todos, lloraban, reían y olvidaban los momentos crudos de la realidad del día a día. Era una forma de diversión que en vez de separar, igualaba alos hombres y mujeres de este país, cosa que no volvió a suceder hasta finales del siglo XX.

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